¡Muy buenas cazadores! En este artículo quiero hablaros un poco sobre mi viaje fotográfico por “El Valle de Tena”, un precioso valle que pertenece al Pirineo aragonés.
Fue una excursión completamente improvisada en la que coincidí con un conocido el primer día de viaje, Joe Ruiz. Me comentó que estaría un día por la zona y aprovechamos para comer en Escarrilla. Más concretamente en el restaurante del Hotel Sarao. Comimos súper bien, en un hotel que siempre repito y recomiendo, a sabiendas de que probablemente sería la última comida hasta el desayuno del día siguiente.
Tras la importante ingesta y las 4 horas y media de camino hasta los pirineos, nos desplazamos hasta el cruce de la entrada del parking de Anayet, en la estación de esquí de Formigal. Estacionamos, seleccionamos el material fotográfico y nos preparamos con ropa y algo de alimento para empezar la subida. En cuanto al equipo fotográfico, optimicé mucho el peso. Solo me llevé la Canon R6 con el 17-40L, los filtros magnéticos y el trípode ultra ligero, dentro de la mochila fotográfica. Como es de esperar, todo de K&F Concept y analizado en la web.
Eran las 19h y sabíamos que llegaríamos muy justos a los ibones para fotografiar el atardecer, así que la subida la hicimos dosificando y a buen ritmo. Sin parar hasta llegar arriba. La subida es muy suave al inicio, y algo mas intensa al final. Es una ascensión recomendable para hacerla con niños durante el día.
Una vez arriba… ¡no hubo tiempo para descansar! Un paisaje impresionante. Un pico Anayet que nos brinda unos ibones maravillosos donde poder contemplar el majestuoso “Pic du Midi” reflejado en él. Si seguimos un poco mas el GR11, podemos ver uno de los valles más bonitos que he visto, con una divisoria “fronteriza” con Francia.
Arriba de los ibones estuvimos hasta entrada la noche. Queríamos disfrutar de la hora azul en ese lugar tan bonito. Ya en la plena oscuridad de los pirineos, y en luna nueva, descendimos a buen ritmo pero con cuidado. No veíamos nada más que los tres o cuatro metros que te ilumina el frontal.
Nos dirigimos hacia los coches para seguir la aventura en Piedrafita de Jaca. Desde allí, subimos a los ibones de Tramacastilla y Piedrafita para fotografiarlos con la vía láctea. Una vía láctea muy vertical y con el centro galáctico escondido.
La idea era acampar allí arriba, pero resulta que estaba bastante expuesta la zona y a esas horas ya era complicado. Así que cuando terminamos de hacer fotos, descendimos. En ese momento mi compañero y yo nos separamos. Joe se fue a dormir en su coche a una cuneta y yo me subí al Portalet con la idea de no dormir y seguir disfrutando de la noche. Fotografié el Midi desde varios puntos, desde cielos estrellados hasta la hora azul.
Al amanecer me acerqué a Sallent de Gallego, donde un fantástico “candilazo” lleno las fotos de color. Estaba agotado y ambriento, esa noche necesitaba hacerla en una buena cama y de paso comer y cenar bien. Así que descendí hasta Escarrilla para desayunar en una panadería y de paso reservar en el Hotel Casa Morlans de Panticosa.
Como aún era muy pronto, decidí hacer una ruta sencilla que parte de Escarrilla y te lleva a una cascada con un salto muy grande, “O Saldo”. Una ruta que discurre por una senda muy chula que sale desde la boca del túnel. Es una ruta sencilla que merece mucho la pena hacerla si vais por allí. Para esta excursión además de llevar el 17-40L con los filtros magnéticos, también cogí el irix 11mm, un angular que viene muy bien para esta cascada que la tenemos muy encima.
Una peculiaridad de esta cascada es que puedes pasar por detrás de ella.
Llegué al coche sobre las 12, ahora si que necesitaba comer, ¡estaba muerto!
Arranque y me dirigí al hotel que tenía reservado en Panticosa. Al llegar, dejé los trastos en la habitación y me metí a comer en el local de al lado. Una “pizzeria” en la que me comí la hamburguesa mas grande de mi vida.
Por cierto, el local se llama “Xena”, os pongo el enlace por si queréis pasaros. https://www.cafeteriaxena.com
Tras la increíble ingesta, me pegué una siesta bien merecida. Por la tarde hice una excursión por unos miradores del mismo Panticosa que improvise bastante.
Tenía media pensión, y la cena del hotel estaba buenísima. ¡Estaba repleto de energías! Al día siguiente tocaba subir a los ibones de Bachimaña para hacer fotografía nocturna.
Al día siguiente madrugué, desayuné fuerte y me dirigí a “Los Baños de Panticosa” para empezar la ruta. Una pasada de ruta. Nada más empezar ya tienes una buena cuesta que se ameniza gracias a los helechos, vistas y unas cascadas realmente bonitas. La ruta hasta el refugio de Bachimaña son unos 2,5km. No es muy larga, pero es todo el rato de subida, y eso si vas cargado con todo el equipo y equipamiento para poder pasar la noche… pues se puede hacer un poco pesado.
Nada más pasar las cascadas, llegamos a un valle inmenso en el que vemos varios picos, varias cascadas, y algunos escaladores subiendo por otras vías de acceso a Bachimaña.
En el momento que ascendemos el valle, ya tendremos el refugio. Un refugio moderno, con todas las comodidades en un lugar privilegiado. A esta excursión me lleve el 17-40L y el irix 15 con la Canon R6 y me llevé también la canon M100 con un 11-22efm.
Una vez arriba hice varias aproximaciones a varios picos de 3000msnm y busqué encuadres para hacer fotos nocturnas por los alrededores del albergue.
Tras la buenísima cena que nos prepararon los chicos del albergue a las 19 horas, salí a fotografiar el atardecer; fue realmente bueno, pero la nocturna se fastidió.
Me fui a “dormir” con la buena sensación de tener una buena foto en hora azul, pero… ¿tan nublado tenia que estar? No se si os ha chocado ese, dormir, entre comillas. La verdad que no dormí bien, y a las 4 de la mañana miré y ¡se había despejado completamente! Salí del albergue únicamente con el trípode y el 15mm fijo y de ver semejante cielo… ¡se me fue el cansancio de golpe! Dí una caminata espantando a mas de un animal y disfrute muchísimo.
Me quedé hasta el amanecer y luego… ¡a desayunar!
Tras el desayuno era momento de volver a casa. Recogí todo y descendí muy relajado y con la satisfacción de haber vivido algo con lo que soñaba hace tiempo.
Ahora toca pensar otra escapada que os pueda, o mejor dicho, podamos contar. Esta vez me ha tocado a mi, pero Héctor es un grandísimo viajero que seguro que se apunta a narrar sus historias.
Un saludo y… ¡a seguir cazando luces!
No se con que foto me quedaría,son todas maravillosas,la luz perfecta,la localización estupenda….
Para la siguiente ruta,avisarme que me apunto.