Centro de menores abandonado de Cheste

La noche del 10/5/19 quedé con mi amigo Alfredo, @__alfredidi_ Fué una noche muy loca, íbamos con la idea de subir a las moratillas (Buñol) para jugar con el star tracker, pero la luna no se escondía hasta las 2 de la madrugada. De tal forma, decidimos ir a jugar con lana de acero y linternas al centro de menores abandonado, en Cheste.

La verdad que el sitio impresiona mucho, y más si vas de madrugada. Nosotros entramos muy confiados y seguros de nosotros mismos, pero tras estar caminando por sus enormes y destrozadas instalaciones, nos encontramos a una pareja de malagueños, @emipmalaga, que resultaron ser buscadores de efectos paranormales. Vamos, por lo visto, el lugar es famoso por ese tipo de efectos. Pintaba todo genial!

Al rato, llegaron tres personas más que además de ir buscando esos entes cargados de aparatos, también nos digeron que nos pintáramos cruces en la cara para estar protegidos… Nosotros flipando… Pese a no creer, seguimos haciendo el tonto y pasándolo bien, pero a partir de ahí, las fotos fueron cargadas de cruces.

Tras una larga charla con estos chicos, a la vez que recorríamos las instalaciones totalmente en ruinas, decidimos bajar a la piscina del recinto.

En ese lugar los chicos nos pidieron una foto, que salió como salió. Me da vergüenza colgarla aquí pero… Que más da! Al fin y al cabo… Quien va a leer este tostón?

Como siempre, las cruces bien presentes ?

Tras la foto, los chicos dijeron que querían ir a un cuarto a grabar psicofonias, así que nosotros aprovechamos para escaparnos del curioso grupo e ir al jardín del recinto para seguir con más fotos.

Aquí es donde ocurrió lo más gracioso de la noche. Mientras preparábamos las cámaras, luces y de más, estando los recién conocidos en un aula cercana, el amigo Alfredo se soltó un pedo que produjo hasta eco. Tras la foto y cuando ya recogíamos, vinieron los recién conocidos asombrados y eufóricos por lo que acababan de recoger en sus grabadoras. Cuando les dijimos que el sonido era, pedofónico, ni ellos podían parar de reír.

Ya era la 1:30 am, así que decidimos recoger y subir un rato a las Moratillas, una montaña que está entre Buñol y Requena, que aunque no tenga un cielo muy bueno, para pasar un rato nos vale.

Allí, Alfredo sacó su star tracker para hacer una larga exposición de escorpión que tenía pendiente.

Al fin, resultó ser una buena noche cargada de anécdotas y diversión.

Una noche curiosa, ruidosa, pedofónicamente terrorífica y en la que conocimos a unos curiosos amigos, y además acabamos la noche donde más nos gusta, la montaña, con una luna que tardó en despedirse.

Por más noches así!

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